nos gusta la publicidad

27 11 2009

Es verdad que muchos de nosotros aprovechamos los anuncios de las películas de la televisión para ir al baño. Esperamos y esperamos para cuando aparece la publicidad levantarnos de un salto del sofá para llegar corriendo al lavabo. Esto sucede en cada casa del mundo, cada noche, sea lo que sea lo que estamos viendo en televisión. Tanto es así que casi se ha convertido en deporte olímpico. Pero verdaderamente lo hacemos por no romper con la costumbre, porque, en realidad, nos gusta la publicidad.

Todos nos quedamos embobados delante de la tele cuando vimos el spot de las pelotitas de Sony Bravia. Todos bailamos al ritmo de la canción del anuncio de Estrella Damm de Formentera. Todos apartamos al abuelo de delante de la tele cuando aparecía el nuevo spot de Freixenet. Todos cantamos la canción de Shakira para Seat. La publicidad gusta y los programas televisivos lo saben.

Así cada vez hay más programas de televisión que dedican espacio a la publicidad. Los programas de zapping también zapean la publicidad, muestran los spots más populares del momento o lo últimos ganadores de premios internacionales. Asimismo, muchos programas de televisión no incluyen un espacio concreto para la publicidad, sino que la integran con los propios contenidos del programa. De este modo  centran algunos de sus contenidos en elementos de la publicidad para captar el interés de la audiencia.

Es un recurso muy utilizado por programas de humor, que mediante la recreación propia de spots populares consiguen crear complicidad con los espectadores a la vez que dan potencia a sus gags.  Así spots como el de la lotería de Navidad, Nike, Mastercard, Axa, DGT, Golf o Axe, entre otros, han sido elemento de imitación para muchos cómicos. Me gustaría destacar uno que, particularmente, me gustó mucho. Se trata del anuncio de Volkswagen Golf de los colores y su representación personal por Montilla de Polònia.

 

 

 

Éste solo es un simple ejemplo de la integración de spots publicitarios en programas de humor. Pero los casos son mucho más ámplios, casi infinitos. Si os ha gustado seguid buscando más ejemplos por la red.

Hemos demostrado que la publicidad gusta más de lo que algunos puedan pensar. Eso sí, la publicidad que gusta es aquella que nos sorprende, la que nos hace sentir, la que nos emociona o nos hace sonreír.